Preludio
Cada ruta que hacemos tiene un inicio que es la organización, es preocupaciones para que todo sale bien, que todos estamos contentos, que todos los disfrutamos.
Desde la salida anterior, a pasado 4 meses, por razones ajenas a nuestras ganas de subirnos a las cuatris y arrancar los motores, tuvimos que esperar más de lo que pensábamos en cuando nos despedimos todos de la ruta #22.
Pero ya, estamos en los preparativos. Por los que organizan las rutas, tienen que empezar por investigar si el lugar esta seguro, van jóvenes y muy jóvenes con nosotros y no queremos exponerlos a cualquier riesgo. Después hay que mandar correos, muchas veces al secretario del turismo, para saber si hay hoteles en la región, investigar las disponibilidades para las habitaciones, los precios, si hay forma de comer ahí mismo o cerca de donde nos vamos a hospedar, si hay restaurantes a lo largo de la ruta. Al fin, son un montón de detalles que no hay que olvidar porque son todos estos que hacen o no el éxito de cada ruta.
Así que esta vez, eligieron para la ruta #23, platicando en una ocasión de una comida familial, de programarla para el 20 y 21 de abril, y que fuéramos en Tolantongo.
Como no se concretizaba por correo, todos los detalles de la ruta, algunos cuatreros decidieron hacer una ruta de exploración unos quince días antes. En las rutas de exploración, solamente van algunos de los socios y por experiencias, sabemos que a veces, se queda como una ruta de exploración y nunca la hacemos, pero había que confiar en que esta vez, si, íbamos a ir después, todos a conocer a este precioso lugar.
No se como la pasaron en la ruta de exploración porque yo no hacia parte del grupo, solamente fueron, Baldo, Beto, Polo, Sabás y Jipé. Regresaron el mismo día, contentos, pero llenos de polvo. Habían ido hasta Nicolás Flores, y había que afinar con la persona encargada del turismo del lugar para la comida del día 20 porque es un lugar donde no hay ni restaurante, ni hotel. Es todavía medio salvaje pero es lo que nos gusta y no siempre es fácil conseguirlo.
Regresando de la ruta, había que seguir preparando todos los últimos detalles, primero preguntar quien participaba o no, de eso depende de las habitaciones que íbamos a necesitar y del presupuesto para cada persona.
Como en la zona hotelera de Tolantongo no se puede hacer ninguna reservaciones por teléfono o por correo, fui con Jipé, un miércoles hacer las reservaciones directamente allá. Primero nos presentamos en el hotel “Las Grutas”, tenían unas habitaciones, pero no las que necesitábamos. De ahí nos fuimos en el otro hotel que esta un poquito “Paraíso escondido” más abajo y el señor de la recepción nos dijo que ellos, hasta el mes de julio, tenia todo reservado, y los otros dos posibilidades para hospedarnos, otro hotel “El Huerto” y unas cabañas “Las glorias” que se pueden rentar, no abren entre semana, hay que presentarse el viernes, sábado o domingo en la mañana y con suerte si hay un lugar, nos podemos quedar, lo que a nosotros se nos complica porque no somos solamente una pareja que viene a pasar un fin de semana, sino que necesitábamos como 7 habitaciones para más o menos 15 a 20 personas.
Tuvimos que regresar al primero hotel “Las grutas” y buscando bien en las reservaciones del fin de semana que necesitábamos, el encargado encontró, las habitaciones casi como las queríamos nosotros.
Es este día, una vez de regreso a casa, que fue cuando realmente, empezamos la preparación final de la ruta #23. Ahora podemos decir que empezamos con la aventura en este mismo momento. Todo esta listo.
Sábado 20 de Abril 2013
Ayer anoche nos juntamos, casi todos en casa de Joaqui, era para tomar un café con pan dulce, pero al final, fue una cena “dinatoria” como dicen en Francia. Es cuando se reúnen para pasar una noche juntos pero que no es realmente una cena formal.
Los señores pasaron la tarde en los últimos detalles, como cargar las cuatris en los remolques, eso fue rápido, siempre y cuando se ponen de acuerdo en las camionetas o en los remolques que se llevan. Una vez resuelto el problema de “¿adonde subo esta cuatri?”, lo demás es detalle.
Llego Jorge con Andrea para quedarse en nuestro pueblo para la noche así mañana vamos a salir casi todos del mismo lugar, falta solamente Pepin y Conchita con quien nos vamos a encontrar delante del restaurante “El Pastorcito”, mañana a las 7h30.
Nos despedimos era casi la media noche y mañana tenemos que salir a las 6h45, 7h a más tarde.
Por fin, ya llego el día de la ruta hacia Tolantongo. Por lo que he visto el día que fuimos hacer la reservación para las habitaciones, creo que la vamos a pasar muy bien, el lugar esta bonito, agradable, limpio y parece que hay muchas actividades “acuáticas” para los que van a quedarse con apoyo a tierra. Hay que pensar en todos.
Salimos del pueblo son las 7h15 y apenas si estamos a 3º de temperatura. Nosotros que llevamos el traje de baño para meternos en el río, por el momento, ni ganas tenemos. A ver que tiempo nos espera allá.
No estamos muy atrasados para encontrarnos con Pepin, llegamos con 10mn de retrazo, estamos mejorando muchísimo. Es sorprendente como con el tiempo, logramos ser más puntual.
No esta Conchita, debía acompañarnos, pero al último momento, se quedo en su casa y Pepin, vino solo.
Nos acomodamos en fila para dejar el estacionamiento del restaurante “El Pastorcito” donde nos esperaba Pepin. Vamos a desayunar más adelante, en la misma carretera a la entrada de Ixmiquilpan.
Llegamos al restaurante “El Mexicano”, son las 8h20. Pensábamos hacer más tiempo por manejar con remolque, pero no, no hubo tráfico, la carretera no esta tan mal y pudimos mantener una velocidad correcta.
Entrando en el restaurante, nos damos cuenta que no fue une muy bueno elección, elegir este lugar para desayunar. Apenas si están acomodando las mesas y las sillas, es a decir que se van a tardar para servirnos y Jipé no quiere perder mucho tiempo para poder respectar el programa que estableció. Pero ni modo, vamos a ver.
Efectivamente se tardan en tomar la orden, pero los guisados están deliciosos y valió la pena esperar, aparte que no sabemos bien que vamos a comer a medio día, así que hay que irnos de aquí, bien satisfecho.
Hay que ver también que llegamos un grupo de 16 personas, no es tampoco fácil de servir a todos al mismo tiempo, así que algunos acabaron de desayunar cuando apenas a los otros, les llegan su pedido. Pero platicando, pasa el tiempo más rápido.
Graciela recibió una llamada de su hija Gracielita que no van a alcanzarnos como previsto en la tarde, su hija, Valentina se despierto con calentura y no es prudente sacarla de la casa. Esperamos todos que se recupera pronto.
Dejamos el restaurante son las 9h50. A esta hora Jipé pensaba llegar al estacionamiento donde vamos a dejar los coches y los remolques hasta mañana y seguir en cuatri o RZR, solamente Vero, Camis y Graciela nos van a seguir hasta la entrada del hotel en coche porque ellas hacen parte del apoyo a tierra, es a decir que no hacen la ruta, se quedan a disfrutar de las instalaciones del hotel.
Hacemos una parada para cargar gasolina y llegamos al estacionamiento son las 10h45.
No es realmente un estacionamiento donde llegamos, sino un terreno que pertenece a una familia que conocieron los señores por pura casualidad cuando hicieron la primera ruta de exploración, hace algunos años, y desde entonces, cada vez que vamos por allá, dejamos los vehículos a los cuidados de esta familia.
Hay que bajar las cuatris, los RZR, cargar en la camioneta de Vero, todas las maletas de los que hacen la ruta.
Y arrancamos la ruta son las 11h35. Desde el principio, empieza el polvo. Vero tiene algunas dificultades para salir del lugar por el camino con piedras, baches y mucha tierra. Como su camioneta no es una 4x4, hay que saber por donde pasar y mejor, Polo viene a manejar el coche y ella se sube con su hija Verito en la cuatri hasta salir del sendero.
Apenas si van 10mn que dejamos el estacionamiento y estamos llenos de polvo, parece que estamos en esto desde hace unas horas. ¿Como vamos acabar al fin del día?
Llegamos a un mirador y nos paramos para las primeras fotos y más que todo, para disfrutar del paisaje. Eso promete para la ruta, es muy impresionante esta barranca. Hay muchos camiones de turistas que se paran igual que nosotros aquí, para disfrutar de la vista. Tal como estamos estacionados todos, viendo de un cierto ángulo, parece que por poquito nos vamos a caer en el precipicio.
A las 12h llegamos en la entrada del hotel “Las grutas” y aunque nos vamos a quedar aquí para la noche, hay que pagar un derecho de entrada, por los dos días, para disfrutar de las instalaciones que ofrece el lugar, y eso, porque uno puede venir con su familia y pasar el día aquí sin hospedarse. Puede también acampar, que sea en su propia tienda o en una que rentan en el mismo lugar.
También se puede preparar una carne asada con su propio asador o rentarlo, al fin, aquí se puede hacer todo lo que uno quiere siempre y cuando se respectan a los demás.
Hay un río (que proviene de un manantial) color agua marina, ni es verde, ni es azul y para algunos es como un dulce de menta. En este río uno se puede meter sin ningún riesgo ya que esta arreglado de tal forma que son comos varias albercas separadas por costales de arena lo que corta la corriente del mismo río y permite a la gente de disfrutar sin problema del agua.
Historia:
El Túnel y las grutas de Tolantongo
Un Edén de roca y agua, donde las cascadas ocultan la entrada al túnel y alimentan las cavidades de las grutas.
En el interior nace el manantial de agua termal con una temperatura de 35 a 38ºC en su profundidad. Las corrientes de agua dan vida al río, así como las bellas formaciones rocosas de estalactitas y estalagmitas rodeadas de agua y vapor que durante cientos de años han sido labradas por el paso del agua siendo estas el escenario perfecto para el nacimiento del Río Tolantongo.
Las primeras bóvedas de las grutas tienen una profundidad de aproximadamente 35m.
El fondo de las bóvedas interiores va creciendo conforme uno se interna, aumentando la fuerza del agua y el calor en la gruta, creando la sensación de estar en un baño de vapor gigante, simplemente.... un paraíso
Como el lugar esta muy bien arreglado y agradable, por supuesto que atrae a mucha gente los fines de semana, que no es realmente lo que buscamos, pero si queríamos hacer esta ruta, no había otra opción. Pero no hay problema, nos acomodamos.
Aquí empieza el calor, ya estamos muy lejos de los 3º de temperatura de la mañana, aquí la gente va de short, de sandalias, de playera sin mangas. Que bueno porque aparte del polvo, si además hacia frío, ¡que ruta!
Para empezar con la ruta, hay que cruzar todos los estacionamientos de los hoteles del lugar, es una bajada impresionante, pero ni se ve el fondo de la barranca. Y vamos en buen camino.
Primera alta para tomar fotos de recuerdo. Miro las rocas que tenemos frente a nosotros y no se los demás, pero yo busco si se puede identificar algo que la naturaleza solita esculto y encontró la cara de un viejito, pero muy feo, como la momia de la película del mismo nombre, cuando esta enojada y que grita y entonces, la cara se estira mucho y la boca se abre demasiado, me falta únicamente, el sonido del grito.
Como no manejo, tengo que encontrar la forma en que ocupar mi mente buscando en los cerros, figuras humanas, animales, grutas, imaginándome una vida en ellos. Por ejemplo, veo las marcas que deja la lluvia bajando desde la cima hasta el fondo de la barranca (cuando llueve por supuesto), y me imagino que son sus venas, por ahí pasa la sangre que le da vida y de cierta forma, así es, porque sin el agua no hay vida, el cerro se seca y entonces se convierte en un montón de tierra color café, sin ningún interés, y ahí no, hay unos árboles bien verdes, hay cactus, hay partes sin nada, y todo esto hace que se forman justamente, paisajes imaginarios. Cuando dejo de hacer esto, me duermo…
Al contrario, el que maneja, tiene que estar bien concentrado en el camino, hay curvas tras curvas, subidas y bajadas y otras subidas y otras bajadas y otras curvas, polvo y más polvo, tanto que a veces hay que dejar alejarse el que esta delante de nosotros porque ni vemos como va el camino y podría ser peligroso, porque un error de ubicación, a esta altura, no perdona, porque es la montaña de un lado y la barranca del otro y entre los dos una terrecería de 3 metros de ancho.
Pasamos Cieneguilla a las 13h y a las 14h10 nos encontramos con el guía que nos proporciono el responsable de turismo de Nicolás Flores. El señor le había prometido a Jipé de poner a su disposición alguien para guiarnos hasta el lugar “Cerro de la cruz” donde vamos a pasear caminando y comer. Y que bueno que nos mando a esta persona porque no se si solitos lo habíamos encontrado, puede ser que si, pero yo ni se como llegamos ahí (y no dormía).
Llegamos a Nicolás Flores, el guía nos lleva para dar la vuelta al zócalo pero hay que registrarse primero con un policía que esta a la entrada del pueblo. Y seguimos.
Un poco de historia:
La localidad de Nicolás Flores está situada en el Municipio de Nicolás Flores (en el Estado de Hidalgo). Tiene 336 habitantes. Nicolás Flores está a 1520 metros de altitud.
Dejamos la carretera y ahora estamos en plena naturaleza no hay nada ni nadie, pasamos arriba de un puente, damos la vuelta para pasar por debajo de este, y de repente, vemos un cartel que dice “Bienvenidos” y es la entrada del parque “Cerro de la Cruz”.
Ahí nos espera el señor que habían visto los de la ruta de exploración (o sea que ellos si habían encontrado el lugar) y después de refrescarnos, de lavarnos la cara y de sacudir un poquito el polvo, dejamos los cascos, los guantes, las chamarras y seguimos a los guías para tomar un sendero que nos va a llevar hasta una cascada. Ya de una vez nos dicen que ahora no hay agua, o casi no hay por la sequía, pero que vale la pena de todo modo ir hasta allá. Es como media hora de caminata para ir e igual para el regreso.
Otra vez subimos, pasamos piedras grandotas, puentecitos hecho de tablitas de madera. Realmente hay poca agua, pero de todo modo es muy agradable caminar en este sendero. Vamos en fila, de vez en cuando nos paramos para tomar unas fotos. Nos pusimos una gorra por el sol y eso nos impide ver bien a donde ponemos los pies, hay que cuidar mucho. Estoy atrás de Tawa y ella sigue Pepin. Ve que el brinca unas rocas y en lugar de brincar igual que el, a Tawa se le hace más fácil ir derecho, solamente que no ve la rama de un árbol y que se pega de frente, pero tan fuerte que se viene por atrás hacia mi. La agarro y la ayudo a sentarse, esta como aturdida, le duele mucho.
Lo único que le digo es “¡Tawa te pegaste!”, no se me ocurre otra cosa. Parece que siento su dolor y el tiempo que llegan los demás, cuido que no se desmaya, le hablo y me contesta pero le duele muchísimo. Polo tiene una botella de agua y le hecha tantito para refrescarle y parar un poquito el dolor. También llegaron Sabás y Jipé. Por supuesto, Jipé de broma, pega el árbol donde se pego Tawa lo que la hace reír. Ya esta mejor y puede seguir.
Seguimos subiendo y al fin, exactamente después de caminar media hora, llegamos al final del camino donde, supuestamente, esta la cascada. Nos dice el guía que en temporada de lluvia, tienen que impedir el acceso de este sendero por lo peligroso que se pone. Uno no puede imaginarse que fuera peligroso andar por ahí, casi no hay agua. Pero así es la naturaleza, no hay que confiar mucho en ella, hay que respectarla.
Jipé sigue bromeando y tira una botella de agua vacía al rió, en el sentido de la corriente, para espantar a Jorge, pero el que se espanta es el porque por el viento que hay, la botella, en lugar de venir como el pensaba, hacia el, se aleja en sentido contrario. Están todos con bastón para intentar agarrarla y sacarla del río porque no queremos contaminar nada. Pero no lo logran, así que buscan la forma en como pasar del otro lado para agarrarla. El guía le dice que hay que dar la vuelta de la cima del cerrito y que por ahí si se puede, solamente que hay que entrar por una abertura muy estrecha.
Se van por allá el guía y Jorge, los demás intentar sacarla de otra forma. Jipé piensa que va tener que meterse al agua.
Tawa e yo platicamos, pero nos alejamos un poquito de las rocas, eso falta ahora que nos cae una encima. Polito juega con los renacuajos que están en el agua y se la pasa chiflando. Esta feliz de su ruta, le gusta mucho.
Los demás van y vienen, se toman fotos con un árbol enorme que fue derrumbado por un rayo. Yo sigue buscando formas en las rocas y veo como el esqueleto de una mano. Es tan evidente que le tomo una foto. Por fin se saco la botella del agua.
Y nos regresamos caminando hasta el parque para comer. Ahora soy yo que por pisar unas horas secas que cubrían un poco de lodo, acabo sentada en el piso, muerta de risa. Ya van dos…..Y dice Baldo que por eso dejo a Graciela en el hotel, para que no le pasaría nada.
Después de una hora de caminar, llegamos finalmente en donde dejamos las cuatris y los RZR y donde nos espera una muy rica comida que nos preparo especialmente para nosotros, unas señoras. El lugar no cuenta ni con habitaciones para hospedarse ni con restaurante, la gente que viene aquí para el día o para el fin de semana, acampa y entonces, trae su comida.
Nos prepararon una mesa con manteles y nos sirven una rica ensalada, una sopa seca de pasta con crema y jamón, una pechuga de pollo asada con nopales y frijoles. Y por supuesto que no faltan, las tortillas. Todo muy rico y les agradecemos la atención.
Nos despedimos de la gente que nos acompaño en este paseo, y retomamos nuestros cascos, llenos de polvo, nuestros guantes iguales, nuestra tapa boca que esta más sucia que nunca pero al fin, hay que ponerse todas las protecciones requeridas por el reglamento de Dacot. Dejamos Nicolás Flores son las 17h40. Deberíamos llegar justo cuando anochece.
De regreso hacía el hotel, nos paramos a cargar gasolina en una tiendita hecha de madera. Ahí tienen la gasolina en pequeños bidón. No hay medidor, así que pagamos más o menos lo que quepo en los tanques de cada uno de las cuatris y de los RZR.
Volvemos a arrancar, hay que apresurarnos si no queremos que nos alcanza la noche. La carretera esta peligrosa y con todo este polvo, mejor hacerla de día.
Hay que pararnos para cerrar una reja que abrimos para pasar, así que aprovechamos para ver si todo esta bien. Sabás esta adelante con el RZR de Baldo, esta Polito con el y esta tan contento, que canta. Sigue Fer en su cuatri, después viene Tawa con Bache. Después viene Pepin y detrás de el, Andrea seguida de su papá, Jorge.
Polo y Verito se estacionaron al lado de nosotros, Baldo esta un poquito adelante y vemos que tiene algo de dificultad para pasar la velocidad, no es su cuatri, es la de Sabás que maneja. Jipé se baja para ayudarlo y llama a Sabás, como es su cuatri, el sabe como atenderla. Pero en este momento, Baldo la arranca solo.
Todos están listos para seguir, nos dice Sabás que vamos a llegar un poquito de noche, pero no mucho. Jipé ve un cable que se desconecto de su tablero y lo quiero volver a reconectar, sin pararse, que mala idea porque hace un corto y nos quedamos sin nada, ni luz, ni motor. Pitamos para avisar a los demás, normalmente, siempre uno tiene que checar que el que lo sigue, esta detrás de el, pero nadie se preocupa y aunque hicimos mucho ruido para llamar la atención, todos se van, menos Baldo y Polo que se quedan con nosotros a ayudarnos a resolver el problema. Tardamos como 10mn en encontrar de donde viene la falla y en cambiar los dos fusibles fundidos.
Más adelante, se dieron cuenta que no seguíamos y nos estaban esperando. Ahora si, vamos a llegar de noche. No se ve nada, ni la ruta, ni la cuatri que esta delante de nosotros, tenemos que parar y esperar a que se disperse el polvo para seguir. Es muy peligroso de manejar en estas condiciones pero ni modo, hay que llegar al hotel.
Cuando llegamos, nos esperan Graciela, Vero y Camis, están contentas de vernos y nosotros a ellas. Son las 20h30 y hay un montón de gente por todos lados y nos dicen que cerca del río es peor porque ya pusieron las tiendas para acampar, están casi una encima de la otra, no hay espacio entre dos, pero entendemos que la gente que vive en la cuidad, disfrutan de una noche, viendo las estrellas.
Nos citamos a las 21h15 a más tardar, porque el restaurante cierra a las 22h. Las habitaciones son muy bien amuebladas, pero en el baño hay una sola llave y pensamos que vamos a tener que bañarnos con agua fría pero no, el agua esta tibia, muy agradable, nos dicen que aquí es agua termal que viene del manantial por eso esta calientita naturalmente. Que rico un buen baño después de tanto polvo, ni sabemos como agarrar los equipos de moto, todo esta muy sucio y lo mejor es amontonar el equipo en un rincón de la habitación, veremos mañana para poner todo en bolsas de basura antes de ponerlas en las maletas.
Nos encontramos a la puerta del restaurante y aunque comimos tarde, todos tenemos muy buen apetito y disfrutamos para empezar, de un rico tequila que nos abre más el apetito. Todo esta muy rico y la señorita que nos atiende, muy amable.
Al principio cuando llegamos y que Graciela nos enseño donde estaban cada habitación, ni sabia como la iba a encontrar después sola con tantos escalones que hay que subir y bajar y dar vuelta a la derecha y dar vuelta a la izquierda. Vamos a decir que fue una ruta de vueltas, bajadas y subidas.
Lo que pasa es que las habitaciones están sobre el pendiente del cerro así que ni modo para ir de una a la otra, son escalones y más escalones.
Los que están cansados se van a dormir y los que todavía tienen energía que gastar, se juntan en la terraza de nuestra habitación a disfrutar de una rica copa de vino tinto. Seguimos platicando de la ruta y de los incidentes hasta casi la media noche. Ya es hora de ir a dormir aunque mañana no tenemos gran cosa que hacer.
Los señores se citan a las 7h para ir a nadar en la gruta, las señoras esperamos descansar un rato antes de ir a desayunar todos juntos a las 9h en el mismo restaurante “La Paloma”.
Hoy hicimos 11km desde el estacionamiento hasta el hotel y otros 136km para ir hasta Nicolás Flores y regresar hasta Tolantongo. Fueron al total, 147km de puro polvo.
Buena noche y hasta mañana.
Altitud de inicio: 1700 m.s.n.m.
Altitud Hotel las grutas: 1300 m.s.n.m.
Altitud Máx. de la ruta: 2410 m.s.n.m.
Altitud Nicolás Flores: 1520 m.s.n.m.
Domingo 21 de Abril 2013
Aunque el hotel no tiene ni una habitación disponible y que hay mucha gente que acampa, no se oyó nada de ruido en toda la noche.
A las 7h los señores que están listos (Baldo, Jipé, Pepin, Sabás y Bache) se van en traje de baño hacia la gruta y los que no se pusieron el traje, se tuvieron que regresar a ponérselo pero hay tiempo porque finalmente, la gruta abre al publico solamente a partir de las 8h.
Las señoras nos quédanos un poquito más tarde en la cama, algunas dormidas, otras leyendo porque no hay televisión. También hay que empezar a arreglar las maletas porque tenemos que desocupar las habitaciones a las 13h y queremos llevar a los niños al río un momento.
A las 9h salimos de las habitaciones a esperar los señores que todavía no llegan y eso que son ellos que pusieron el horario ayer anoche.
Llegan a las 9h15, el tiempo de cambiarse y vamos todos al restaurante. Jorge y Andrea nos alcanzaran un poquito más tarde, apenas ahora, se fueron a la gruta.
Nos comentas los señores que la pasaron muy bien, que valió la pena ir allá que el agua esta caliente por momento y fría por otro, que hay que pasar por un pasillo oscuro para llegar a la gruta, que se metieron bajo un chorro de agua muy fuerte que hay como vapor y a algunos se les hizo como cuando falta el aire.
Pero se quedaron todos juntos para cualquier problema que se podía presentar, aunque hay gente que vigila, aun, en la oscuridad. Tienen lámparas y apenas alguien hace algo prohibido, le llaman la atención.
Desayunamos. Otra vez tenemos una mesa muy grande y muy alegre. El día esta tan hermoso como el de ayer.
Saliendo del restaurante, vamos a una tiendita a comprar para los niños, unos zapatos para el agua y más que todo, para las rocas que están en el río.
Los señores se van a la tirolesa y nosotras primero a acomodar toda la ropa y el equipo que necesitamos todavía para llegar en cuatri y RZR hasta el estacionamiento donde dejamos las camionetas y los remolques.
Una vez toda arreglado, Graciela e yo, alcanzamos a Vero, Verito, Polo, Camis, Tawa y Polito al río.
En el río están solamente Polo, Camis y Polito. Están felices, disfrutando del agua. Polo los mantiene de las manos y los hacen nadar contra corriente, van a acabar rendidos, pero muy contentos. Disfrutamos del lugar y de la vista, pero hay que ver hacia el cerro porque del otro lado, solamente vemos tiendas y más tiendas de acampar y gente que apenas llegan para pasar el día.
Ya los señores están de regreso de la tirolesa, felices porque no fue una, sino cuatro que hicieron, pidieron el paquete completo, creo que hicieron casi dos kilómetro y a muy buena altura.
Ya es hora de cargar las maletas en la camioneta de Vero y de tomar el camino de regreso hacia el estacionamiento. Los que se bañaron se cambian antes de dejar la habitación.
Dejamos el hotel a las 13h y todos nos vamos por el camino en el que llegamos ayer.
En el estacionamiento de la familia que nos cuida las camionetas y los remolques empezamos a subir todo arriba de los remolques o de las camionetas, a amarar todo para no perder nada en camino y platicamos de donde vamos a comer.
Hay varias opciones pero el problema es que es domingo, entonces a donde vamos hay gente, y no siempre hay para estacionar un coche entonces menos 5 con remolques.
Sabás llama a Joaqui, y le pregunta si es mucha molestia llegar a comer todos en su casa. Nos dice que no y Sabás le dice que entonces vamos a traer la carne, ella solamente nos va a preparar un arroz y unos frijoles.
Un poquito antes de las 16h, estamos llegando. Parece que no nos hemos visto desde hace mucho tiempo, todos estamos contentos de volver a ver a Joaqui, Silvia y David. La mesa esta puesta, y cual mesa……ocupa todo el comedor y una parte de la sala. Que rica comida.
Seguimos con las fotos, hay que concluir esta ruta.
Después de comer, algunos agarran el camino de regreso a casa, o hacia México o hacia Querétaro y los que no tienen prisa, empezamos un juego de cartas.
Ahora si, a casa, a descargar todo y a guardar todo. Abra tiempo mañana para lavar todo, limpiar el RZR o el cuatri en espera de la próxima ruta. Hoy en cuatri o RZR hicimos solamente los 11km para ir del hotel, hasta el estacionamiento donde habíamos dejado las camionetas y los remolques.
Espero que disfrutaron de leer esta reseña como yo disfrute escribirla. Viví por segunda vez esta ruta #23.
¡Una pregunta! ¿Dónde nos llevara la ruta #24?
En esta ruta nos acompañaron:
En Cuatri:
Fer
Tawa, Bache
Pepin
Polo, Verito
Andrea
Jorge
Baldo
En RZR :
Sabás, Polito
Jipé, Ana
Apoyo a tierra :
Graciela
Vero
Camis