Domingo 26 de Diciembre 2010
Programa del día:
Salida del pueblo a las 5h de la mañana
Desayuno en camino
Llegada en Chachalacas a las 13h
Paseo en las dunas, comida, regreso a las dunas, a bañarnos, merendar en Veracruz
Día real:
Nos levantamos a las 4h de la mañana y a la 5h en punto, estamos listos. No salemos realmente a la hora prevista, pero hicimos un esfuerzo muy grande porque son las 5h y 20 cuando arrancamos los motores. El GPS indica una ruta que tomar para salir del pueblo, pero sabemos que esta en muy mal estado por estar desde 14 meses en obra. Así que escogimos la ruta más larga pero en mejor estado, además estamos de vacaciones y no hay prisa, tenemos tiempo.
Entramos en la autopista y ni hacemos 200m que se para el trafico, pero por completo, ni hay posibilidad de salir de este, solamente nos queda armarnos de paciencia, y paciencia vamos a tener porque vamos hacer 1h30 por adelantarnos de un kilómetro y ver al fin el responsable de este retraso. Un trailer volteado en medio de la autopista, toma los tres carriles, solamente nos deja para pasar, el carril de emergencia. Según la posición del trailer, venia de enfrente y brinco el muro de contención, por suerte parece que no choco con ningún coche que venia de frente, Creo que transportaba arena o cemento, no se ve bien porque todavía es oscuro y la policía no nos deja “disfrutar” del paisaje. Jipé logra tomar 2 fotos, manejando, veremos si salen bien.
Fer nos recuerda gentilmente que si habíamos seguido lo que decía el GPS, habíamos evitado el accidente porque el camino que nos recomendaba llega más adelante en la autopista, por cierto, lo pasamos un momento después.
Hay mucho trafico, pensábamos por ser el 26 de diciembre estar prácticamente solos en la carretera, pues no, y lo más que encontramos son traileres y camiones de pasajeros que por supuesto van en direcciones distintas pero por el momento siguen la misma que nosotros
A las 9h, nos paramos a cargar gasolina. Hay un restaurante chiquito, pero solamente tiene 3 mesas ocupadas y somos 12 personas, así que retomamos el camino después de haber llenados los tanques y haber comprado unos dulces, unas galletas, unas bebidas calientes o unos refrescos, todo para aguantar hasta Orizaba donde pensamos desayunar, pero como todavía estamos a más de 2h del lugar, creo que en vez de desayunar más bien se va a convertir en comida.
Ya estamos en la parte más sinuosa de la carretera, no solamente no esta en buen estado, pero además hay muchísima neblina, casi no se ve el coche que esta adelante, debe ser estresante para los chóferes manejar en estas condiciones, pero vamos a buena velocidad, Baldo abre la marcha seguido de Jipé, viene después Pepin y Sabás cierra la caravana.
Nos paramos en el restaurante « Los Cafetos », son las 11h 30, como decía este desayuno casi se convierte en la comida, no me equivoque de mucho.
Nos instalamos en 2 mesas distintas, los señores y Mina están juntos y las 4 mujeres en otra mesa. Tengo a especificar que todo en este restaurante es muy rico por eso casi no hay mesas disponibles y por eso la dificultad de encontrar mesa para todos. Tenemos mucha suerte haber encontrado una mesa para 8 personas, la de los señores y Mina.
Al momento de pagar la cuenta, el mesero viene a verme y me dice « normalmente son los señores que pagan la comida, pero me dijeron que tengo que venir a verla porque usted tiene el dinero” Le conteste “Que quiere, somos muy modernos” y pago, por supuesto que el no sabe que solamente soy la tesorera del club.
Tomamos otra vez la carretera, ya no somos muy lejos de Chachalacas, 150 Km. Hay policías en un cruce y piden a Baldo de parar, lo que hace por supuesto. Nosotros pasamos sin más y nos paramos un poquito más adelante, vigilando lo que esta pasando, oímos tanto de los falsos policías que paran los coches para despojar a sus victimas de todos sus bienes que preferimos estar atento. Pero todo sale bien y Baldo nos alcanza, era un control de rutina en búsqueda de coches robados. Seguimos nuestro viaje y llegamos en Chachalacas son las 15h 20 en lugar de las 13h. Jipé llamo varias veces a Jorge, el dueño del hotel donde nos vamos a hospedar y que se llama “El Pinguï”, es el mismo donde estuvimos en mayo pasado, el acogida es muy caluroso por eso quisimos regresar al mismo lugar. Al mismo tiempo, Jorge es nuestro guía.
Apenas llegando, nos damos el abrazo y Jorge nos presta el terreno de su casa para guardar los remolques, ahí están seguros. Las mujeres tomamos el volante de las camionetas que dejaron los señores para subirse a sus cuatris y regresar al hotel donde nos espera Mitzhy, la esposa de Jorge y sus dos niñas, Valentina de 3 o 4 años y su hermanita Jimena de cómo 2 años. Mitzhy reparte las habitaciones.
Como ya es tarde, enseguida pasamos a comer, de entrada nos sirven un consomé de camarones delicioso, seguido de un ceviche de pescado muy bueno también. De guisado viene una paella, buena también pero el arroz esta un poquito pasado de cocción no se si es porque así lo hizo la señora o si es culpa de que llegamos 2 horas más tarde de lo previsto. De todo modo comemos de todo con mucho apetito. De postre nos sirven una ensalada de frutas.
El cielo esta nublado, pero Jorge nos dice que no va durar y que mañana nos espera un buen tiempo, es lo que deseamos.
Salemos para las dunas, es la primera vez que Graciela nos acompaña, acaban de comprar un ranger. Llegamos al pie de las dunas y de repente no reconocemos el lugar, pensamos que es por el huracán que paso en septiembre, pero no, había que ir un poquito más lejos. Ya empieza la aventura para todos. Fer se avienta el primero a la cima de la duna, pero se para luego lo que hace que se quedo atorado y nosotros también por seguirlo de cerca. Jipé me pide de bajar de la cuatri porque se inclina mucho del lado izquierdo. Sabás lo ayuda a enderezarla.
Baldo quiere bajar la duna pero su ranger queda asentado en la cima, en la arena, Graciela no quiere que los empujáramos y prefiere bajarse aunque todos le dicen que es algo normal que no pasa nada, no quiere y se rehusé a subirse otra vez al ranger. Para tranquilizarla, Sabás baja 2 veces con Baldo, entonces si se anima a subirse otra vez. La primera bajada grita muy fuerte, la segunda un poquito menos y a la tercera, ya le gusta y esta contenta porque puede hacer fotos y grabar al mismos tiempo que baja. Esta muy contenta y nosotros también, estamos felices de ver que comparten algo.
Finalmente todo el mundo a un momento dado hace una bajada con el ranger, todos bajan varias veces la duna, menos Tawa, su cuatri no quiere andar, tiene la bujía que esta mal y como casi no tenemos herramientas, tenemos que remolcarla hasta el hotel, pero de todo modo bajo dos veces la duna con una cuatri prestada.
Regresamos al hotel es casi de noche y como estamos a domingo 26, pensamos que en Veracruz seguramente habrá muchísima gente y no vamos a poder ni acercarnos al café “La Parroquia” donde pensábamos disfrutar de un delicioso café, especialidad del lugar por su aroma y su forma de servirlo. Además los señores primero arreglan la cuatri de Tawa antes de prepararse para irnos a cenar lo que hace que es demasiado tarde para ir hasta Veracruz que es más lejos de Chachalacas que Cardel.
Así que de último momento, decidimos que esta salida hasta Veracruz mejor la dejamos para el día siguiente y nos vamos todos para el restaurante “El Manantial” en Cardel. Nos vamos todos en 2 camionetas, la de Sabás y la de Pepin, somos 6 en cada una. Habíamos comido muy bien la ultima vez que fuimos en este restaurante y esta vez, igual, todo muy rico y muy bien servido.
Regresamos al hotel a dormir, son las 23h y mañana el desayuno esta previsto a las 8h para salir a las 9h a las dunas de Chachalacas.
Buena noche a todos y hasta mañana.
Unos dados:
4 camionetas, 4 remolques, 6 cuatris, 1 ranger, 12 personas
Kilometraje: Pueblo de salida – Chachalacas (golfo de México) 568 Km.
Altura : Inicio a 2400 metros, cima a 2553 metros, llegada al nivel del mar
Tiempo del trayecto (incluyendo paradas) 10 horas
Lunes 27 de Diciembre 2010
Programa del día:
Desayuno a las 8h
Salida del hotel a las 9h
Bajar las dunas de Chachalacas
Comida a la orilla del río “La Linda”
Regreso a las dunas
Cena en Cardel
Día real:
Efectivamente, después de una buena noche, casi todos están listos a la hora prevista. Los primeros que se levantan pasean delante de la entrada del hotel y vean llegar al vendedor de pan dulce, lo que nos mete en apetito. Voy por mi monedero para comprar algunos. Baldo y Sabás hacen lo mismo pero cuando quiero pagar, el señor que dice que la cuenta corre por parte de Jorge. Con Jipé nos sentimos un poquito apenados porque como pensábamos pagar, tomamos cada quien 2 pan dulce y por supuesto que van a bromear con esto diciendo que como era gratis, llenamos una bolsa de pan (casi no exageren hi, hi, hi) Afortunadamente los conocemos y sabemos que les gustan burlarse y hoy nos toca pagar….
La campana anuncia que el desayuno esta listo, nos sirven un tazón de frutas con jugo de naranja, 3 sopes y una quesadilla con puré de frijoles, café y pan dulce. Todo muy rico.
Últimos preparativos antes de subirse en la cuatri y estamos listos para esta nueva aventura. Fer no llevo su chamarra para andar en moto y me pregunta que opino si se pone o no la protección que trajo para el torso y los brazos, le digo que si, que nunca vamos a ser demasiado prudente. Los otros se van con chamarra de pans, pero yo prefiero equiparme completamente aún si solamente vamos en las dunas y aún si no vamos a arriesgarnos.
Y nos vamos. Jorge nos da una plática de como manejar en las dunas, más bien para recordarnos el curso de la vez pasada y empezamos las bajadas, chiquitas al principio y cada vez más altas, nos divertimos mucho, parecemos niños. No vemos pasar el tiempo, a veces creemos que estamos en pleno Sahara hay dunas por todas partes, hasta donde ven los ojos son puras montañas de arena y de repente, el mar y sus olas.
Queremos llegar a un pueblo donde la ultima vez fuimos a tomar una cerveza rica y fría, pero no pudimos pasar el rió (el camino más corto) y tuvimos que pasar por la vegetación, esta vez parece que vamos a poder pasar este chiquito brazo de rió que se junta con el mar.
Jorge busca por donde pasar, hay una brecha poca profunda, parece que por ahí se puede. El primeo en aventarse es Sabás que acompaña Mina su hija. Se avientan al buen momento, cuando el mar se retira un poco y que baja el nivel, pero no lo hace lo suficiente rápido y la ola de vuelta lo alcanza y recubre por completo la cuatri y por supuesto que el motor se apaga, imposible de arrancarlo de nuevo, hay que bajar y remolcarlo. Riéndose Tawa le dice que ya no le va a prestar sur cuatri porque es la segunda vez que la toma y la segunda vez que la descompuesta. Hay que sacarla del mar y ponerla derechita para vaciarla completamente del agua del mar que entro. Por su parte Baldo sigue buscando una brecha y cruza varias veces en distintos lugares, caminando, pero no, definitivamente, no podremos cruzar hoy tampoco. Tomamos el tiempo de tomarnos unas fotos de recuerdo. Empacamos las herramientas. Sabás que siempre esta bromeando nos dice que ahora si su cuatri esta mejor que nunca.
Retomamos el camino hacia la vegetación y hacia el pueblo donde nos espera para algunos, una cerveza fría y para otros, un refresco bien merecido, acompañamos las bebidas de papas fritas, de plátanos fritos, de cacahuetes o de unos dulces. Algunas fotos más para el álbum de los recuerdos de las salidas y volvemos a subir en las cuatri.
No vamos directamente al restaurante, seguimos en las dunas, realmente es el camino más largo porque este se encuentra a la orilla del rió que acabamos de dejar, vamos a dar una vuelta muy grande en circulo para regresar prácticamente donde estábamos al inicio. La unión entre el rió y el mar.
Finalmente llegamos al lugar de la comida. La mesa nos espera. De botanas tenemos pepino, jicama y totopos con salsa. Jipé y Bache ponen su traje de baño y bajan al rió, Tawa, Mina e yo nos preparamos para alcanzarlos, los otros optan por quedarse en seco. El agua no es fría en comparación a como esta el mar en verano en Francia, para nosotros esta simplemente muy buena y este baño no solamente nos refresca sino que también nos quita el polvo que tenemos de andar en las dunas desde la mañana.
Estoy contenta porque hoy estreno unos bailarines para las piedras que hay en el río, la ultima vez me puse las calcetines de hule que usaba para nadar con aletas y sin jabón, hice media hora para ponérmelas, por lo menos estas se ponen bien rápido y se pierden más rápido todavía porque las corriente me las quita y se las lleva, ni se si tuve tiempo de tomarme una foto con ellas, tendré que comprar otra cosa para la próxima.
Soy la primera en salir del río porque como no me muevo, rápido me da frió. Sabás se agarra del palo que esta suspendido arriba del rió y juega a Tarzan, pero con vestido y todo porque no tiene la intención de soltarse. ¡Como nos reímos!
Cada uno en la mesa saborea un delicioso consomé de camarones, viene después una rica mojarra entera frita, con arroz y verdura, algunos piden pollo. Nunca se debe olvidar el tequila porque sino, no estaríamos en México.
Nos vestimos otra vez con todo el equipo de moto para seguir con nuestro día de diversión, nos despedimos de la cocinera que por supuesto no es nada menos que la tía de José-Luis, el guía que trabaja con Jorge.
son sándwiches y tortas que sirven, pero no importa, lo que si importa, es el ambiente y tengo que reconocer que esta muy caluroso.
Ya es tarde cuando dejamos Veracruz no sin antes, haber dado una vuelta en el mercado de artesanía.
Es media noche cuando llegamos al hotel, no podemos quedarnos más tiempo platicando, mañana el desayuno se sirve a las 6h de la mañana.
Creo que es uno de los días que más se ha respectado el programa establecido.
Buena noche a todos